CÓMO SE DESARROLLÓ PORAMÉRICA

PorAmérica, el programa de fortalecimiento de organizaciones de base y estímulo a la generación de ingresos impulsado por RedEAmérica, con la importante participación financiera del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, a través de su Fondo Multilateral de Inversiones – FOMIN, culmina sus operaciones en 2015 con logros muy alentadores. Conozca cómo fue el desarrollo del programa en sus seis años de trabajo.

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HACIA UNA PERSPECTIVA HEMISFÉRICA DE LA LUCHA CONTRA LA POBREZA

RedEAmérica nació en 2003 para consolidar en la región la estrategia del desarrollo de base, que tiene como planteamiento fundamental el ver a la pobreza no solo como el resultado de la falta de acceso a bienes, servicios e ingresos, sino como la ausencia de capacidades, vínculos y voz para acceder a oportunidades y construir desde las propias comunidades las soluciones a sus carencias. Por eso propone, además del apoyo financiero, el acompañamiento de las organizaciones para fortalecerlas en la comprensión y aprovechamiento de su entorno económico y político y generar mejores condiciones de vida.

Para ese propósito recibió el respaldo de la Fundación Interamericana, principal promotor de esta estrategia, respaldo que se cristalizó en los primeros años de vida de la Red, entre otros aspectos, en convenios bilaterales con miembros de RedEAmérica mediante los cuales se apoyaron 369 organizaciones de base en 9 países y posteriormente en programas nacionales como la Iniciativa Común de Brasil, el Fondo Nacional Colombiano, el programa de Acciones Educativas Locales, AEL, de Argentina y la Alianza Suma de Perú y Guatemala. Todas estas iniciativas abonaron el terreno para una iniciativa regional.

Para ello se planteó la posibilidad de acercarse a organismos internacionales como el BID y el Banco Mundial. A iniciativa del Nodo Colombiano, se hicieron contactos con la presidencia del BID y a finales de mayo de 2006 se realizó una reunión con Luis Alberto Moreno, que acogió inicialmente la propuesta de RedEAmérica de aliarse para hacer un proyecto conjunto de fortalecimiento de las organizaciones de base en la región.

Tal propuesta representaba un paso importante para la Red. Se trataba de buscar una perspectiva hemisférica de trabajo en alianza con un financiador externo para las fundaciones agrupadas en los nodos nacionales de RedEAmérica. El foco del programa sería un fondo concursable para iniciativas de generación de ingresos en donde fundaciones y organizaciones de base se hacían corresponsables de la gestión de los proyectos y alrededor de los mismos se gestionaría un proceso de formación, acompañamiento y fortalecimiento.

El BID FOMIN mostró mucho interés por apoyar la Red pero por ser un interlocutor muy joven –que además no tenía una infraestructura de gestión- exigió que en el convenio a firmarse RedEAmérica tendría que designar una contraparte ejecutora.

En la Asamblea General de RedEAmérica en julio de 2006 en Quito, se propuso a la Corporación Consorcio para el Desarrollo Comunitario, que para el momento acumulaba diez años de experiencia en ese tema, y que había sido creada por un grupo de fundaciones colombianas miembros de RedEAmérica. La Asamblea aprobó la propuesta y el Consorcio asumió las funciones como contraparte ejecutora y Secretaría Técnica de RedEAmérica y por tanto, el diseño del Programa con el BID.

Los primeros borradores del proyecto se hicieron en la Fundación Corona y luego se conformó un equipo en el que estaba el Consorcio para el Desarrollo Comunitario, algunas fundaciones del nodo colombiano y dos especialistas del BID FOMIN que fueron a Colombia a acompañar el diseño del proyecto.

“Se propuso una metodología en la cual se hacía una construcción, esa construcción-borrador se compartía con los nodos, los nodos revisaban y socializaban y retroalimentaban el documento”, cuenta Margarita Barraquer, directora en ese momento del Consorcio.

Preguntada sobre la visión que orientaba el proyecto, Emilia Ruiz, directora para esa época de la Fundación Corona anotó: “La idea es que las fundaciones empresariales cofinanciadoras iban a ser como las madrinas de las organizaciones de base que hacían desarrollo en cada uno de sus países. Y nosotros las íbamos a fortalecer, las íbamos a acompañar en sus procesos de emprendimiento e íbamos a lograr que se convirtieran en organizaciones sólidas y con ideas de negocio exitosas y marchando. A través del programa se fortalecería la parte administrativa, la parte financiera, la parte de producción, la cadena de valor”.

Sobre el mismo punto Margarita Barraquer comenta: “También se buscaba un escenario en el que hubiera la posibilidad de compartir aprendizajes e intercambiar experiencias desde lo regional. No queríamos hacer un proyecto en el que cada nodo de la Red actuara solo como nodo, sino que hubiera un proyecto que fuera un proyecto de red; que demostrara que de verdad se funcionaba como red y estábamos en capacidad de trabajar regionalmente. Yo creo que esa era la gran expectativa del proyecto. Además, por supuesto, del beneficio particular de poder trabajar con un modelo que estaba probado y venía funcionando”.

“Para el BID lo innovador era adoptar una nueva estrategia de trabajo con la sociedad civil, con fundaciones empresariales –comenta Consuelo Ballesteros, primera directora del programa. Y donde actuaban como cofinanciadores, no era un proyecto donde ellos ponían la plata y los demás trabajaban; era una alianza. Era innovador para la red porque significaba empezar a trabajar conjuntamente entre fundaciones de distintos países y trabajar con el BID, con el enfoque del desarrollo de base”.

En suma, RedEAmérica quería continuar cristalizando su estrategia de desarrollo de base e integrando en un proceso de aprendizaje y conocimiento tanto a las organizaciones de base como a las fundaciones que las acompañarían.

“Durante la construcción del proyecto –comenta Barraquer- se hizo un ejercicio en el que cada nodo de la Red tuvo que manifestar formalmente su intención de participar y su posibilidad de aportar los recursos de contrapartida que exigía el BID para la conformación del proyecto”.

Al final en el proyecto quedaron incluidos Argentina, Colombia, Ecuador, Perú y México.

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